EL MUNDO ES UN LIBRO QUE AÚN NO HEMOS LEÍDO

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POETA ES AQUEL QUE SE COMPORTA IGUAL ANTE UN REY QUE ANTE UN MENDIGO

TODO ES LITERATURA; DEPENDE DE COMO TE LO CUENTEN

LA MENTE ES COMO UN PARACAIDAS, SÓLO SIRVE SI SE ABRE

Monday, 30 January 2012

“Aunque seamos malditas", en México


Recupero hoy este artículo publicado por la periodista Adriana Balandrano, el pasado 8 de diciembre, en Posdata, la revista cultural y literaria mexicana editada en Monterrey, que representa un espacio de conversación de la cultura latina en el continente americano.



La escritora española Eugenia Rico (1972) considerada representante de una nueva generación novelística, promueve su novela “Aunque seamos malditas” en México.

El libro fue publicado originalmente por Editorial Suma de Letras en 2008, traducido al alemán con el título 'Auch wenn wir Verdammte sind' en 2010 por el sello Hoffman und Campe, y actualmente promovido en este país por su autora.

Anteriormente se ha dicho de este texto que aborda el género y fusiona o reinventa la novela histórica, la trama policíaca y una parodia actual cuyo resultado se acerca al mito y al respecto, Rico explica que la historia en su novela, tiene base en el mobbing, término que refiere el fenómeno de hostigamiento u acoso laboral, particularmente sobre mujeres.

Eugenia Rico narra sobre víctimas y verdugos, inocentes y culpables, a partir de una investigación de alrededor de cinco años respecto a los cazadores de brujas. En esta novela, se relacionan anacrónicamente los personajes Selena, una sanadora del siglo XVI acusada de brujería, y Ainur, mujer contemporánea que huyendo del acoso de su jefe, se refugia en un pueblo.

“Aunque seamos malditas”, habla sobre inquisición y la injusticia, sobre las yerbas y la ciencia, sobre las mujeres de antes y las de hoy, acusaciones y acosos sociales a través del libro, que aborda los mecanismos del “mobbing” en una suerte de intriga con tintes filosóficos y psicológicos que pretende Rico sea un instrumento de placer “porque la lectura tiene que ser un placer”, dijo.

Comentó la autora que en la trama, hay acusaciones que marcan para siempre. “Ainur”, el personaje central, intenta cambiar su destino después de ganar un juicio penal por mobbing: “Puede que sea inocente, pero tiene que huir para salvarse. Encuentra refugio en un pueblo cercano a un gran precipicio, donde habitan seres tullidos con una nueva visión del mundo”.

En esas circunstancias el personaje contemporáneo actual, remonta a la historia de una comadrona que tenida por santa por algunas personas, fue quemada por bruja en el siglo XVI: “Los dos refugios ocultan grandes peligros y encierran secretos que golpean a ‘Ainur’, quien se embarca en una intriga filosófica donde todo lo cotidiano peregrina por todas las pasiones humanas” apuntó Rico.

Durante el auge de la Inquisición prácticamente todas las mujeres eran brujas hasta que se demostrara la contrario: “Se suponía que las brujas tenían un punto en el cuerpo que no les dolía por nada, un punto donde no sentían el dolor. Los cazadores llegaban a los pueblos a pedir dinero a las personas, como todavía”.

Señaló Rico que los extorsionadores exigían fuertes cantidades de dinero a las mujeres que se dedicaban a cualquier actividad, siempre y cuando fueran bonitas, inteligentes, supieran leer o tuvieran una virtud o cualidad que las distinguiera de las demás. “Esos cazadores de brujas tenían el derecho de hacer desnudar, públicamente, a la mujer que ellos consideraran bruja, y así lo hacían”.

Antes como hoy, dijo la escritora, era y es una vergüenza desnudas y a la vista de todos, eran picadas con un punzón agudo, que les dejaba marcas en la piel y piquetes sangrantes: “Pero el pinzón estaba trucado y a capricho del cazador, podía no hacer daño y entonces era cuando se acusaba a la mujer de ser bruja y tener relaciones con el diablo”, comentó.

La entonces considerada ciencia era superstición, y lo perseguido como superstición era ciencia. “Eso, de alguna manera, pasa hoy en día y me ha interesado de manera particular el holocausto de las mujeres que son víctimas de acosos y de acusaciones infundadas”. Relató el caso de una mujer a quien su patrón, un “alcalde corrupto”, atacaba sexualmente pero ella ganó el caso, relató Rico cuya formación académica es como abogada con especialidad en Derechos Humanos.

Le interesa, destacó, el caso de los acusados sin culpa, el de los acusados por ser mujeres o seres indefensos, el tema del mobbing. El tema del acoso que se produce en la oficina o en el colegio. “Toda la novela habla sobre la violencia y por ser algunas ocasiones soterrada es más pérfida”, concluyó Eugenia Rico.

Rico es también guionista de cine, y entre sus obras literarias destacan la novela inicial de la tretalogía “Eros y Kafka” Los amantes tristes (2000), reconocida por la crítica y traducida a varios idiomas, La muerte blanca (2002) con la que ganó el Premio Azorín, La edad secreta (2004) finalista del Premio Primavera y obra final de su trilogía sobre las pasiones: Los amantes tristes o la amistad, La muerte blanca o el amor fraterno y La edad secreta o el amor carnal.

Otros textos de Eugenia Rico son 'En el país de las vacas sin ojos' (2005) Premio Espiritualidad de ese año, 'El otoño alemán' (2006) Premio Ateneo de Sevilla de Novela de ese mismo año y primera novela de su ciclo sobre Los Cuatro Elementos. Actualmente colabora con diversos medios de comunicación, como El País. Relatos y poemas suyos son parte de antologías por ejemplo 'La paz y la palabra' junto a Jose Saramago y Ernesto Sabato.

Su última novela, 'Aunque seamos malditas', es segunda de la tetralogía ‘Fuego’ y, sobre ésta el escritor José María Merino expresó: “una fiesta del lenguaje”.

Friday, 27 January 2012

Las tribulaciones del ciudadano R.


A un hombre de unos 73 años le está entrevistando un periodista de “Callejeros” en un jardín. El hombre entrevistado se expresa del siguiente modo: Soy hijo de exiliados. Hasta los 27 años y poco antes de la transición no pude volver a España por culpa de Franco. A mi padre, pobrecito, no sabíamos ni dónde enterrarlo .... Mi madre estuvo muchos años en silla de ruedas. Ahora tengo 73 años. Hace meses me quitaron el 30% de un pulmón. Mi mujer es inmigrante. Tengo tres hijos con ella. De los tres sólo trabaja una, la del medio,… Pero no cobra nada. Todos, incluidos los nietos, viven de mi asignación. La mayor se acaba de divorciar. Mi yerno se daba a las drogas y al alcohol y la ha dejado con dos niños. El pequeño de mis hijos aún no se ha ido de casa y además se ha casado con una divorciada y la ha traído a vivir con nosotros. Esa señora antes trabajaba, tenía muy buen puesto, pero desde que vino a mi casa ya no hace nada. Ahora tienen dos niñas que también viven bajo nuestro techo. Y para colmo este año, con lo de la crisis, casi no nos hemos podido ir de vacaciones y si me apuras… ni he podido celebrar que España ha ganado el Mundial. Para colmo, el marido de la mediana anda en líos con la justicia. Al enterarme me desmayé y casi pierdo un ojo al darme con una puerta… 

El periodista pone cara de asombro y comenta: Majestad, no creo que su situación sea tan mala.

Saturday, 7 January 2012

El saxofón de Papá Noel


Quizá fue así como Papa Noel llego a España....

Mi padre dejó de creer en los Reyes Magos por culpa de un saxofón. En esa época vivía en una ciudad con palmeras donde la gente se pasaba la vida soñando con la nieve. Todos menos mi padre, porque mi padre quería tocar el saxofón en una banda de jazz y no le importaba que sus amigos le dijeran que para poder tocar jazz hay que ser negro. Lo único que le importaba era hacerse con un saxofón aunque para ello tuviera que ser más negro que el Rey Baltasar. 

Su preocupación era que en la ciudad de las palmeras nadie vendía saxofones, o eso es lo que le había dicho su madre. De todas formas a él no le parecía eso una verdadera dificultad porque como los Reyes Magos venían de Oriente, pues sin duda atravesarían toda clase de países antes de llegar a su balcón y alguno de ellos sería el País de los Saxofones. 

Sin embargo una tarde naranja mientras acompañaba a su madre a ver a una tía lejana que había vuelto a tener trillizos, mi padre vio en el escaparate de una vieja tienda el saxofón más hermoso del mundo. Era rubio y parecía que hablaba inglés. Era dorado y con muchos botones. Era el saxofón con el que había soñado. Se lo dijo a su madre, pero su madre no se alegró sino que de repente le soltó una bofetada sin motivo. Te la he dado, dijo su madre, porque te dolerá menos de lo que voy a decirte y lo que voy a decirte te dolerá menos que quedarte esperando un saxofón toda la vida. Nunca vas a tener este saxofón porque los reyes son los padres y tus padres no tienen dinero para comprarlo.

Por supuesto mi padre no la creyó, ningún niño en su sano juicio la hubiera creído. Pero sus palabras le hicieron reflexionar. No dijo nada más en todo el día y decidió consultarlo con su amigo Pedrito. Pedrito era un niño muy admirado en el colegio y algunos decían que incluso en la ciudad, porque había viajado mucho y no sólo había visto la nieve en varias ocasiones sino que sabía jugar con ella. Pedrito tenía fotos con la nieve, tenía fotos incluso con los Reyes Magos en el Corte Inglés. Pedrito era un niño que estaba por encima del bien y del mal. Le dijo desde la altura de sus diez años que los Reyes Magos existían, él los había visto en la Gran Vía de Madrid pero mantenían relaciones mafiosas con los padres de cada uno. “Ya no son tan honrados como antes y piden dinero para traer los regalos”. Por ese motivo lo mejor era tener una tía adinerada ( las tías con trillizos no servían) o una abuela rentista y confiarles a ellas la carta a los Reyes Magos.

A esas alturas mi padre andaba ya muy mosqueado pero como deseaba tanto tener el saxofón descubrió una estratagema. En lugar de escribir a los Reyes Magos escribió a Papá Noel en casa del Tío Sam: “Querido Papá Noel no puede usted permitir que los niños españoles sigan teniendo costumbres bárbaras y creyendo en los Reyes Magos como si no fueran una colonia de su gran y magnánimo imperio. Por favor acuérdese de nosotros y haga que Papá Noel traiga un poco de democracia y preferiblemente muchos regalos a nuestro país y todos intentaremos aprender inglés. Y para comenzar esa sana costumbre comience por mandarle a Pablito Álvarez (que era el nombre de mi padre) un saxofón para que pueda ser como Louis Amstrong y adoctrinar a la masa que no sólo no habla inglés sino que nunca ha escuchado unas lágrimas de jazz”.

Cuando mi padre casi se había olvidado de los Reyes Magos y estaba investigando las posibilidades de escribir a la Befana la viejecita que les traía los regalos a los niños italianos, le llegó un paquete de parte de Papá Noel envuelto en la bandera de las barras y estrellas. Era el 25 de diciembre y aquello era un saxofón de plástico fabricado en China. Mi padre tardó años en enterarse pero su madre había mandado su carta añadiendo unas emotivas líneas a la Embajada Americana. Mi abuela asegura que fue mi padre el que introdujo en España la moda de Papá Noel. Y que por su culpa los Reyes Magos han tenido que retirarse a Florida donde no ganan para huracanes. Por si acaso mi padre (que se hizó fabricante de saxofones de juguete) vive ahora en otra ciudad con palmeras donde todos sueñan con Papá Noel y él sueña con la nieve.